Nos presentaron de una manera rara, tal vez inentendible
y para mi gusto bastante tarde.
Tuve el placer de cuidarte y recibir esas sonrisas que,
tendré siempre la duda si eran realmente para mi.
Escuche las mejores historias tuyas
y aprendí de tus experiencias de la boca de otro.
Fuiste alguien importante. Al menos por un tiempo corto, pero lo fuiste.
Y fue raro porque aún sin conocerte
sentía que nos conocíamos de toda la vida, o tal vez de otra.
